En el taller, en manos del alfarero
- Jessica Pizarro

- May 15
- 3 min read
"Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla." Jeremías 18:4
Cuando recién entraba a los caminos del Señor allá para el 2013, escuché por primera vez el término: En manos del alfarero, lo que significaba que Jesús era como un alfarero en nuestras vidas que iba moldeándonos en el camino, para bien o para mal dependiendo de la respuesta que tuviésemos a Su Palabra. El texto también enfatiza la posibilidad de arrepentimiento y renovación, incluso después de errores o desvíos. Pero es con el tiempo que empiezas a ver esto manifestado en tu vida. Jeremías 18:1-6
Si tienes una relación con Dios, podrás haberte dado cuenta que aunque es el mejor caminar, la decisión correcta, habrán momentos en que sentirás que te quiebras. Esos momentos de quiebre no serán siempre tristezas, algunas veces sentirás que tu pecho arde, que de un momento a otro ya no quieres ciertas cosas y a otras ya no le verás sentido. Es un quebrar distinto, porque es el alma, el espíritu que está contrito Salmos 51:17. Es un dolor diferente, que no duele en la mente. No es depresión.
Y es que el Señor trabaja de esa manera. Algunas veces necesitará quemar ciertas cosas que no permiten que su presencia se manifieste como Él quiere en ti. A veces hay tanto pecado, especialmente el oculto -ese que ni siquiera sabes que tienes- que para que puedas funcionar y recibir sus bendiciones, tiene que romperte. Pero es tan caballeroso, que va sutilmente, con amor y paciencia para que el impacto no sea tan traumático para tu alma. Así son los cuidados de nuestro Padre.
Muchas veces queremos hacerlo nosotros mismos porque nos emocionamos mucho con el fuego que el Señor ha depositado en nosotros; porque sí, ese fuego, poder y gozo lo experimentas rápido. Ese es el Espíritu Santo en ti. Pero la obra, la transformación, toma tiempo, Su tiempo y nosotros con nuestras fuerzas no podremos. Por eso nos tenemos que bastar de su gracia y confiar que Él lo hará 2 Corintios 12:9. Porque lo hará. Dios no deja nada a medias y la obra que comenzó en tu vida, la terminará. Filipenses 1:6
Como un alfarero cuando va al taller sabe de antemano la pieza que quiere realizar. La tiene bien grabada en su mente y cuando va a trabajar con ella sabe que no la terminará en un solo día. Va con paciencia, dedicación y enfoque. Sabe y se somete a los procesos (pasos) para que quede bien. Primero tiene que moldear la arcilla húmeda y sin forma, preparar el lugar donde la pondrá, ajustar la velocidad de la rueda para que se afirme bien y no se estropee.
Luego, la pone a girar en varias ocasiones para comenzar a darle la forma que tiene en mente (depende de lo que quiera hacer) con sus manos. Habrá ocasiones en que tendrá que deshacer nuevamente la pieza, mientras está húmeda para que quede exactamente como la tiene en mente. El moldeo que debe darle con sus manos requiere de mucha precisión y detalle. Y al terminar la pieza, debe ponerla a secar por varias semanas antes de sellar su forma. Luego la somete, si quiere, a otros procesos de embellecimiento con pinturas, texturas, acabados, etc.
En fin, así exactamente hace nuestro Dios con nosotros cuando por tanto tiempo nos hemos alejado de sus preceptos y desviado del único Camino. Pero Él, hace nuevas todas las cosas y nueva criatura llegamos a ser. Apocalipsis 21:5, 2 Corintios 5:17



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